lunes, 17 de noviembre de 2008

EL SUEÑO ES UNA REALIZACIÓN DE DESEOS Y SU MOTIVO UN DESEO.

Antes de que Freud escribiera La Interpretación de los sueños, lo que de estos era recordado al despertar era interpretado como una manifestación benigna u hostil de los poderes supraterrenos, demoníacos o divinos. Con el florecimiento de la disciplina intelectual de las ciencias físicas, toda esta significativa mitología se ha transformado en psicología, y actualmente son muy pocos, entre los hombres cultos, los que dudan aún de que los sueños son una propia función psíquica del durmiente.
Pero para poder seguir hemos de plantearnos dos preguntas, la primera respecto a la significación psíquica del acto de soñar, al lugar que el sueño ocupa entre los demás procesos anímicos y a su eventual función biológica. Y la segunda, respecto a si los sueños pueden ser interpretados; es decir, si cada uno de ellos tiene un sentido, como estamos acostumbrados a otros procesos psíquicos.
La respuestas a estas preguntas fueron obtenidas al aplicar sobre los sueños un nuevo método de investigación psicológica del que se habían obtenido grandes resultados en la solución de las fobias, obsesiones y delirios, dicho método no es otro que el psicoanálisis.
Las obsesiones y los delirios son tan extraños a la conciencia normal como los sueños a la conciencia despierta, para la cual permanecen igualmente desconocidos sus orígenes.
El resultado de emplear este método a la interpretación de los sueños, lleva a una serie de pensamientos y recuerdos, que se muestran en íntima relación con el contenido del sueño, pero dicha relación es de tal naturaleza, que del contenido del sueño, nunca hubiésemos podido deducir directamente el resultado.
Durante el trabajo de investigación realizado por Freud surgen nuevas observaciones, nos dice: He observado dos cosas nuevas, que el contenido del sueño es mucho más breve que aquellos pensamientos cuyo sustitutivo he convenido en declararle y que el análisis ha descubierto como estímulo provocador del sueño un nimio suceso del día anterior al mismo.
Distinguiremos el sueño, tal y como aparece en nuestro recuerdo, del material correspondiente hallado por medio del análisis, y denominaremos al primero contenido manifiesto del sueño, y al segundo contenido latente del mismo.
Nos hallamos entonces ante dos problemas, hasta ahora no planteados: 1º Cuál es el proceso psíquico que ha transformado el contenido latente en contenido manifiesto, que es el que por mi recuerdo conozco. 2º Qué motivo o motivos son los que han hecho necesaria esta traducción.
El proceso de conversión del contenido latente en contenido manifiesto lo denominaremos trabajo del sueño, siendo el análisis la labor contraria que lleva a cabo la labor opuesta.
Precisamente por la reacción del contenido latente al contenido manifiesto, dividimos los sueños en tres categorías:
- Aquellos sueños que poseen un sentido y que a la vez son incomprensibles, es decir, susceptibles de ser incluidos sin violencia en nuestra vida psíquica.
Tales sueños, breves en general, son muy frecuentes y no despiertan nuestra atención por carecer de todo aquello que pudiera causarnos extrañeza y asombro.
- Aquellos sueños que, aunque presentan coherencia y poseen un claro sentido, nos causan extrañeza por no saber cómo incluir dicho sentido en nuestra vida psíquica.
- Aquellos sueños que carecen de ambas cualidades: sentido y comprensibilidad, y se nos muestran incoherentes, embrollados y faltos de sentido. La mayoría de nuestros sueños presentan estos caracteres negativos que motivan nuestro despreciativo juicio sobre ellos.
En el capítulo 2 de la Interpretación de los sueños Freud nos dice en la segunda línea del texto: Me he propuesto demostrar que los sueños son susceptibles de interpretación.
Un mismo sueño puede presentar diferentes sentidos, según quien lo sueñe o el estado individual al que se relacione.Siguiendo el método de interpretación onírica, hallamos que el sueño tiene realmente un sentido. Una vez llevada a cabo la interpretación completa de un sueño, se nos revela éste como una realización de deseos. El contenido de los sueños es una realización de deseos, y su motivo un deseo.

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