viernes, 12 de noviembre de 2010

DEL ENAMORAMIENTO AL AMOR

El amor se define, comúnmente, como un sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y la unión con otro ser. O, también, como un sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear. O, más concretamente, como la tendencia a la unión sexual. El enamoramiento se define como la acción y efecto de excitar a alguien la pasión del amor.

Podemos tomar alguna de estas definiciones para iniciar un camino que nos acerque a los términos enamoramiento y amor, aunque para el psicoanálisis tanto amor como enamoramiento son conceptos que se dan bajo unas condiciones muy precisas.

Habitualmente utilizamos la palabra amor para designar muy diversas relaciones afectivas, pero si se trata de concretar su campo de acción debemos enmarcarlo como un sentimiento de la especie, es decir, que gracias al amor los seres humanos nos unimos para perpetuar la especie, para procrear.

Sin embargo, el enamoramiento sería una sentimiento del ser humano, es decir, el enamoramiento es un medio facilitador que justifica esta unión en un primer instante de la relación. Es un estado transitorio, cuando se alarga en el tiempo se puede transformar en un estado muy cercano a lo patológico, ya que el estar enamorado requiere de la persona una serie de exigencias que si duran mucho, van a afectar su vida diaria provocando una serie de renuncias.

En el enamoramiento se produce una superestimación sexual, en la que la pareja quede sustraída a la crítica, siendo estimadas sus cualidades en más alto grado, le sobrevaloramos. Hay muchas relaciones donde si a uno de los miembros, le hablan mal de su pareja, se enfada y reacciona como si te metieras con él directamente, es una cuestión narcisista.

Esta superestimación genera la ilusión de que amamos a esa persona por sus cualidades psíquicas, pero en verdad es la influencia del placer sensual lo que nos lleva a tales atribuciones.

Se produce una idealización. En el enamoramiento la pareja es tratada como el propio yo del enamorado. Llegamos a encontrar en el otro un ideal propio que no pudimos alcanzar. Así, de alguna manera, satisfacemos nuestro propio narcisismo. La pareja ha ocupado el lugar del ideal del yo.

En el enamoramiento, la persona enamorada se empobrece, dándose por entero a la pareja.

¿Por qué del enamoramiento al amor? ¿Qué significa esta transacción, qué implica para la pareja?

El concepto de amor que hemos aprendido desde nuestra infancia tiene mucho que ver con la familia, desde chiquititos se nos ha inculcado una idea del amor donde lo primero es que nos amen y luego ya amaremos nosotros. Es una manera de amar en la que si tú me amas, yo te amo; si no me amas, yo no te amo. Es como una transacción económica. O lo que es lo mismo, primero nos amamos a nosotros mismos y luego amamos a los demás. El peligro de esta manera de amar es que podemos llegar a convertir el amor en algo egoísta.

En la constitución de todo ser humano el proceso sería a la inversa, primero tengo que amar a los otros para poder amarme a mí mismo. Amarse a sí mismo es necesario, pero primero hay que poder amar a otro ser humano, pero sin un poco de narcisismo es imposible vivir.

La idea de amor social, rompe con la idea del amor que hemos aprendido, sería dar algo sin esperar nada a cambio. Es decir, nuestra única intención tendría que ser hacer de intermediarios. Queremos que la pareja se beneficie sin importarme para qué, independientemente de si ese día estoy bien o mal, más allá de los afectos que me produzca, de mi trabajo, de mi amor, etc... Para ello debemos estar dispuestos a que el otro se beneficie de nuestro trabajo, de nuestro amor. Estamos esperando siempre que los otros hagan algo por nosotros.

Una de la actitudes más comunes es, cuando surge un nuevo amor, abandonar todo, creyendo que de esa manera le amo más ¡cuidando! Para cuidar la pareja es necesario no descuidarse individualmente, mantener las relaciones, el trabajo, las aficiones, ya que cuando la otra persona nos conoció, estábamos en relación con toda esa realidad, con ese movimiento, con esas relaciones, si se abandonan el otro se puede cansar, aburrir y se terminará marchando.

El amor social, es decir, amar más allá de los llamados procesos de identificación, consiste en amar para amar, sin esperar nada a cambio.

Otra manera de amar muy común es la que se desprende de la ideología cristina, esta dice: ama a tu prójimo como a ti mismo. Esta concepción del amor también fracasa, ¡porque hay personas que tal y como se aman a sí mismas, mejor que no amen a nadie!

Algunas soluciones para ayudar al amor a mantenerse en el tiempo pueden ser: Tener algún proyecto en común además del amor, no exigir a la pareja renuncias extremas, aprender a tolerar las diferencias entre los miembros de la pareja, ya que para convivir con alguien y que la convivencia se enriquezca, es mejor que existan diferencias entre ellos, justo al contrario de como se piensa.

La comunicación es muy importante, pero diferenciando hablar con la pareja de contarle todo, utilizar a la pareja como confesor, como médico, incluso como amigo, puede perjudicar la relación más que beneficiarla, hay situaciones que requieren la intervención de un profesional. Y ya que hablamos de comunicación, hablaremos también de sexualidad, ya que es de gran importancia para la pareja, pero reconociendo las diferencias entre sus miembros, ya que lo que le gusta a uno, no tiene por qué gustarle al otro, por eso, es tan importante hablar, para reconocer dichas diferencias. Para hablar es imprescindible escuchar y escuchar es escuchar lo que me dice el otro, no lo que yo creo que me dice el otro. Siempre tolerando las diferencias.

No podemos hablar de amor, sin hablar de celos. Los celos son un sentimiento normal que nos pasa a todos los seres humanos, hasta a las personas que dicen no sentir celos, también les pasa, en su caso en vez de sentirlos, los padecen, los actúan, son comandados por ellos, lo cual resulta mucho peor.

Otra situación muy común que se da en las parejas es que tanto uno como otro, en ocasiones uno mucho más que otro, tiene una tendencia a renunciar, es decir, a ceder a sus propios deseos para satisfacer al otro, este comportamiento puede tener consecuencias, puede desencadenar sentimientos de venganza.

Los celos se manifiestan con un sentimiento de exclusión, se dicen frases como: No me dijo nada, no he sido invitado/a, etc,.. Para sentirse excluidos hay que sentir que no es posible sumar, que las relaciones son únicas, que si el otro tiene otra relación me descuida a mí, si siento celos es muy difícil tener muchas relaciones.

Los celos esconden un deseo, por eso, no siempre son promotores de la negatividad, también son activadores, pueden actuar como motor.

Otra forma de manifestarse los celos es cuando le son atribuidos a otro, es decir, son proyectados a otra persona; es él el que está celoso, yo no soy.

Los celos pueden llegar a invadir y perturbar cualquier tipo de relación, no sólo las de pareja, también pueden intervenir en las relaciones laborales, familiares, de amistad, etc…

Los celos no son ni malos ni buenos, es lo que cada uno haga con ellos. Si los acepto, puedo llegar a transformarlos, si los niego, actuarán en mí perjudicando mis relaciones.

El amor entendido como amor social, permite a las personas que integran la relación seguir siendo dos naranjas que ruedan juntas por la vida.

Magdalena Salamanca

Psicoanalista

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy interesante Magdalena.
Es un placer leerte y visitar tu espacio.

Saludos cordiales

La abuela frescotona dijo...

gran desmitificacion del amor, visto casi, a través de una radiografía de las emociones, supongo son ventajas que da el conocimiento científico, y que aun así, no se libra del factor humano, la sorpresa.
dejo un saludo de amistad para ti amiga